FRAUDE o FORFAIT. LAS DOS CARAS DE LA ESTRATEGIA ROJA

por Rafael A. Dominguez Mendoza

El Régimen de Nicolás Maduro, valiéndose de la ilegítima e inconstitucional Asamblea Nacional Constituyente, ha convocado a unas elecciones presidenciales adelantadas, como respuesta a las sanciones impuestas por la Comunidad Europea a ciertos individuos del régimen que han estado vinculados en casos de represión y violación de Derechos Humanos.  Y ante unas sanciones, que en nada afecta al pueblo o a la nación como tal, el régimen ha decidido realmente castigar a la población, convocando a unas elecciones presidenciales con las cuales busca no sólo permanecer seis años más en el poder, sino tratar de “limpiar” internacionalmente sus acciones antidemocráticas y ganar una legitimidad perdida y mancillada durante estos últimos años.

Ante esta convocatoria, toda la oposición, tanto la sociedad civil organizada, partidos políticos y los factores democráticos venezolanos, nos encontramos en una gran encrucijada, y la misma se divide: entre acudir al llamado electoral, o abstenernos de participar en el mismo; esta disyuntiva surge porque en Venezuela no estamos ante un gobierno democrático donde la voluntad popular es respetada y los resultados no corresponderán en forma alguna, con lo expresado por el pueblo mediante el sufragio. En cualquier país democrático del mundo, el llamado a unas elecciones presidenciales sería la válvula de escape perfecta para solucionar la grave crisis institucional por la que pasamos, y así poder, de forma democrática y pacífica, salir del peor gobierno de la historia republicana de nuestro país.

Pero éste sorpresivo y anticipado llamado, debe revisarse cuidadosamente, y examinarse bajo la lupa de una cautelosa objetividad; ya que, se debe tener en cuenta lo que implica la participación de la oposición en el mismo; así cómo lo que desencadenaría el no hacerlo. La MUD, como factor de oposición, siempre ha apostado por salidas democráticas y constitucionales, es decir, salidas electorales; sin embargo con regímenes como el que nos gobierna desde hace 19 años, donde no se respeta la voluntad popular y donde continuamente se quebrantan los principios democráticos, debe pensarse de una forma más acuciosa, antes de tomar la decisión de participar en una elección con las condiciones actuales en las que se nos obliga a afrontarla.

Ésta elección, se encuentra no sólo viciada desde su inicio (convocatoria), sino que los resultados parecen estar cantados antes del conteo. Y es precisamente por ello, que existe un importante sector de la oposición, que considera que la abstención es la opción correcta, y basan sus fundamentos en la inconstitucionalidad del órgano convocante, las inaceptables condiciones electorales planteadas y el pasado fraude electoral de diciembre de 2017, constatado y denunciado internacionalmente por la compañía que manejo el software de las maquinas totalizadoras; razones que pareciesen ser de suficiente peso al momento de tomar la decisión definitiva.

Ante esta situación, el Gobierno y un sector de la oposición, reactivaron la mesa de “diálogo” en República Dominicana, y mientras las negociaciones se llevan a cabo, sin haber acuerdos, el tiempo se consume y Nicolás Maduro, insiste en realizar las elecciones así sea sin contrincante, amenaza que sólo busca que la oposición se desespere y presente un nombre a la contienda que lo ayude a legitimar su fraude.

Tristemente mientras unos “dialogan”, y el Régimen está en campaña electoral, y un sector de la oposición está en búsqueda del rival de Maduro; en el país la gente se lanza a los basureros en busca de comida, los pacientes se mueren en los hospitales por falta de insumos y la inflación aumenta día a día a niveles exorbitantes. Y, por si fuese poco, mientras el país se nos cae a pedazos, el régimen le da zarpazos al dialogo, utilizando al TSJ para invalidar la tarjeta de la MUD, al CNE para suspender a los partidos políticos Voluntad Popular y Primero Justicia, el Gobierno expulsa embajadores de países críticos a sus políticas antidemocráticas, y continúa con la persecución a la disidencia incrementando el número de presos políticos en el país, acciones que dejan en evidencia cuáles son las verdaderas intenciones del Régimen tanto con el diálogo como con el llamado a elecciones.

Entonces, ante éste panorama, donde el gobierno no cede en puntos elementales como un acompañamiento internacional avalado y aceptado por ambas partes, la apertura del REP a los Venezolanos en el exterior, y la designación de rectores imparciales del CNE, considero que la MUD no está haciendo una lectura clara del mensaje que el Gobierno le está dando; así como tampoco le es evidente el mensaje de la sociedad civil, que no se siente identificada con la dirigencia que está negociando con el Gobierno; y que se siente traicionada por estos, tanto en sus principios como en su lucha.

Ya el discurso utilizado por los que están a favor de las elecciones, de no perder espacios carece de sentido y significancia real, habida cuenta que la oposición ganó con mayoría absoluta la Asamblea Nacional, y el TSJ suspendió la juramentación de varios de sus diputados evitando se conformase la mayoría calificada; luego le arrebato sus funciones; y ahora la Asamblea Nacional Constituyente la terminó de silenciar. Adicionalmente, la oposición gana las elecciones de la Gobernación del estado Zulia e inconstitucionalmente destituyen al Gobernador; la Gobernadora de oposición electa por el estado Táchira, -que “evitando” la destitución- se juramentó ante la ANC, le nombraron a Freddy Bernal como protector del estado y la subordinaron a él; entonces es hora de preguntarnos qué espacios son los que dejaríamos de perder acudiendo a las elecciones presidenciales??. Todo esto, por el contrario, hace evidente que la victoria de la oposición es ilusoria aun teniendo la mayoría de los votos.

Cabe recordar las palabras del escritor Francés Anatole France: “Cuando se alza un poder ilegítimo, para legitimarlo basta con reconocerlo”. Por tanto, caerá la oposición en la trampa del gobierno, prestándose para participar en unas elecciones inconstitucionales convocadas por un poder ilegítimo no reconocido por la comunidad nacional e internacional?, Será ingenuo ese sector de la oposición o por el contrario será colaboracionista y cómplice del régimen?

Como si fuese realmente oscuro el panorama electoral para el país, la oposición por su lado está pasando por su peor momento, con una crisis interna con separación de factores importantes de la MUD, la inhabilitación de figuras relevantes, una falta de credibilidad en el liderazgo que se impone y emerge como opción, y una fractura que pareciese irreconciliable entre algunos de sus líderes, ha hecho incluso que la sociedad civil apueste por propulsar una candidatura de un empresario que no ha estado vinculado a la política, sobre los liderazgos tradicionales.

En conclusión, considero que analizado ambos escenarios, en cualesquiera de los casos, no bastaría sólo con acudir a la contienda electoral, en caso de que se lograran mejorar las condiciones actuales y se garantizara el cumplimiento de las exigencias de la oposición; cuestión que siendo más realista que optimista, desde ya doy por descartada. Así como tampoco bastara con solamente abstenerse, si las condiciones no son satisfechas; es necesario desde ya, trabajar en lo que ocurrirá el día después de la elección, donde el régimen se proclame ganador, por Fraude o por Forfait, es allí donde desde hoy la oposición debe preparar su estrategia para que junto con la comunidad internacional se restablezca el orden democrático en Venezuela.


“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las faltas de los demócratas”. Albert Camus

Comentarios

Entradas populares de este blog